¡Por la Merced que es nuestra gloria, al servicio de los cautivos de nuestro tiempo!
Prot. MG 54/2024
Objeto: Saludo y felicitación con motivo de la Navidad
A TODOS LOS RELIGIOSOS DE LA ORDEN Y FAMILIA MERCEDARIA.
“De repente un Ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad y se llenaron de gran temor.
El Ángel les dijo:
No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis una señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lc 2, 13-14)
Mis queridos hermanos:
Después de habernos preparado moral y espiritualmente durante el tiempo de Adviento, una vez más, la providencia de Dios nos permite celebrar litúrgicamente la Navidad. Para nosotros, hombres de fe y de esperanza al servicio del pueblo de Dios, particularmente al servicio de los cautivos de nuestro tiempo, es una gran oportunidad para reafirmar nuestra fidelidad a Él, a Jesús, en quien creemos, nos movemos y somos.
Puestos de rodillas adoremos y bendigamos a Jesús niño, quien al asumir nuestra naturaleza humana nos muestra su absoluta manifestación de humildad, quien siendo Dios se hizo hombre tomando carne de nuestra carne, para que luego pudiéramos adquirir la vida del Espíritu: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y causa del pecado, condenó el pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Rm 8, 1-4).
San Pablo sintetiza en grande el misterio de la Encarnación y la salvación en el Espíritu, que nos impulsa a seguir trabajando incansablemente por el reino de Dios. Que nada ni nadie nos robe la esperanza. Que en Cristo Jesús redentor del mundo sigamos fortaleciendo nuestros vínculos fraternos, a fin de seguir visitando y liberando a quienes son los destinatarios de nuestra misión carismática. Que las palabras del Ángel, dirigidas a los pastores de Belén: “No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo”, resuenen permanentemente en nuestra mente y corazón y que seguros de que en Dios todo se puede logremos siempre superar cualquier obstáculo en nuestra vida por grande que parezca.
“La Navidad es el momento perfecto para celebrar todo lo bueno que tenemos y lo bueno que podemos hacer en bien de la humanidad” ¡Mucho ánimo! ¡Feliz Navidad!”
Curia General, a 24 de diciembre de 2024, a los 806 años de la fundación de la Orden.
Fraternalmente en Jesús nuestro Salvador.
Fr. Leoncio Osvaldo Vivar Martínez, O. de M.
Maestro General de la Orden de la Merced